Wally Armstrong enseñando |
“Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como
Señor, vivan ahora en él, arraigados y edificados en él, confirmados en la fe
como se les enseñó, y llenos de gratitud. (Col. 2:6-7)
C
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uando tratamos de aprender algo nuevo, al principio nos
sentimos incómodos. A veces intentamos una primera vez y nunca más lo probamos nuevamente.
Posiblemente se deba a que tenemos mayor cantidad de fuerzas luchando en contra
nuestro, que a favor. Esto incluye comodidad, desgano y una capacidad innata
de resistir al cambio.
Esto implica que adoptar un cambio en el golf requiere que agudicemos nuestra atención.
Significa que necesitamos encontrar la forma para que nuestros músculos y
cerebro efectúen el nuevo comportamiento correctamente, para después repetirlo.
En otras palabras, debemos repetir el comportamiento correcto y no
el incorrecto, y luego debemos continuar repitiendo el nuevo comportamiento, hasta que se torne en un hábito tan normal como el respirar.
Equipamiento,
instrucción correcta, rutinas que nos ayuden, y buen adiestramiento,
todos, contribuyen a establecer buenos hábitos para el swing del golf.
La formación de hábitos en nuestro caminar con Dios es
similar en muchos aspectos. Quizás sea difícil adquirir buenos hábitos tales
como leer la Biblia y orar. O practicar la presencia de Dios en nuestra rutina
diaria. El proceso de desarrollar estos hábitos y otros más se denominan la
“renovación de nuestra vida” o la “renovación de nuestra mente”. Es un proceso
de crecimiento espiritual continuo, ayudado por el Espíritu Santo quien nos
permite comprender la Palabra de Dios a través de buenas enseñanzas,
predicaciones y profundizar relaciones con otros miembros de la familia de
Jesús.
SIGA EL SWING
La formación tanto de los hábitos de golf, como la renovación
de nuestra mente en Jesús se potencian con buena enseñanza, dedicación,
compromiso y aliento de otros. Asegúrese de que todos estos componentes sean
parte de su juego de golf, y de su juego
en la vida.
Tomado del libro 'In His Grip'
de Wally Armstron y Jim Sheard
Tradución Heather Bruce