miércoles, 29 de febrero de 2012

ABUNDANDO EN ESPERANZA

Q
ue el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen el él, para que rebosen en esperanza por el poder del Espíritu Santo. 
Romanos 15:1-13

Los títulos del “Golfweek”del 22 de junio de 1996, decían “¡Aleluya! Jones termina de revertir su mala racha al ganar el US Open”. La foto muestra a Steve Jones con los brazos en alto, con su putter en la mano derecha. Es evidente que está exultante de alegría tal como cita al pie de foto: “Steve celebra después de terminar par el hoyo 72 y ganar su primer título”.
El artículo relataba lo difícil que le había sido ganar este torneo ya que no lo hacía desde 1989 y en todos estos años, desde 1991, no había podido superar el 4to puesto. Figuraba en el puesto 100 del ranking de Sony y había perdido tres temporadas debido a una lesión en su dedo cuando sufrió un accidente en una bicicleta. Por un tiempo Steve, y varios de sus amigos, se preguntaban si alguna vez volvería a jugar.
Aleluya era la palabra adecuada para ese título. Es una combinación de dos palabras Griegas para “Alabar” y “Jehová”, literalmente significa “Alabar al Señor”.  Que fueron las exactas palabras de Steve al ganar el torneo. De hecho, al mirar la foto después de su victoria, casi se pueden ver la palabra “Aleluya” saltando del artículo. Tanta era su felicidad.
Aleluya es la palabra que todos podemos usar para expresar nuestra gratitud a Dios por todas las cosas maravillosas que hace en nuestras vidas.

PENSAMIENTO EN UN SWING
 ¡Aleluya! A Dios sea la gloria por la valentía, estabilidad y la paz que él da en los momentos más difíciles.

sábado, 25 de febrero de 2012

SE FUERTE Y VALIENTE

Y

a te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. (Josué 1:9)
Cuando Tom Lehman se preparaba para la vuelta final del US Open de 1996 en Oakland Hills en Birmingan, Michigan, leyó Josué 1:9 que habla de ser fuertes y valientes. Este pasaje de la escritura fue la inspiración que necesitaba para la vuelta final en la que jugó con su amigo Steve Jones.
Mientras Tom y Steve caminaban por el fairway del primer hoyo, oraban y hablaban sobre las verdades que habían aprendido de Josué. Se recordaron entre sí de la promesa de Dios en el versículo ocho “…así prosperarás y tendrás éxito.” Este versículo era justo lo que necesitaban durante el día mientras luchaban con los desafíos y las presiones que solo puede traer una vuelta final de un Mayor.
Por más que estaban jugando el uno contra el otro para ganar el US Open, cuando Steve tiro su pelota a los árboles desde el tee de salida del hoyo dieciséis, Tom lo alentó recordandolé que “El Señor quiere que seamos fuertes y valientes.” Hubiese sido fácil para Tom ver la situación como una oportunidad para superar a su amigo más que alentarlo, y para Steve hubiese sido fácil desfallecer, pero en cambio, perseveró y no se desalentó. Más allá de que Steve ganó el US Open ese día, ambos hombres vivieron el aliento de Dios.
Steve y Tom aprendieron de esta experiencia que no tienen que temer porque la fuerza y el valor pueden ser suyos, si van a la fuente correcta. Si bien Dios nos promete que nuestro camino será próspero y exitoso, no significa que vayamos a ganar cada campeonato o salir triunfantes en cada situación. Es así en el golf y es así en la vida.
Pensamiento en un swing
Sin importar que presiones y desafíos tenga el día de hoy, recuerde que Dios sabe su nombre. Le importa usted y quiere darle su fuerza y valor. También quiere que usted sea un aliento para otros.
Tomado de 'En Su Grip'
de Wally Armstrong  y Jim Sheard

lunes, 20 de febrero de 2012

VIVIR EN EL SWING DE DIOS



“No importa cuánto practique un jugador, nunca servirá de mucho a menos que esté intentando conseguir algo definitivo”  Ben Hogan
“El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano.” Salmos 37:23-24
El 30 de enero de 1996, Jim resaltó ese pasaje en su Biblia y escribió la fecha. Estaba en el segundo mes del año más difícil en sus cincuenta y cuatro años de vida. A pesar de los lujos y del éxito material, su vida estaba en ruinas. El no poder seguir ocupando sus posiciones ejecutivas por una depresión clínica, buscó las respuestas a los interrogantes más complicados de la vida. 
  • ¿Cuál es el significado de todo? 
  • ¿Por qué Dios no me dejó terminar la carrera que me dio? 
  • ¿Cómo voy a proveerle comida y seguro médico a mi familia y tener suficiente dinero para jubilarme? 
  • ¿Cómo voy a disfrutar del golf si ni siquiera tengo energía para caminar 18 hoyos? 
  • ¿Qué se supone que haga con estas emociones y sensaciones tan intensas que me viven invadiendo la mente y el cuerpo? 
  • ¿Cómo me relaciono con mi familia y amigos?
Un año exacto más tarde, y cuando las tormentas habían pasado, Jim volvió a este salmo. Fue entonces que se dio cuenta que era Dios el que lo había sostenido durante ese tiempo tan difícil. Se dio cuenta claramente que todo esa difícil etapa de su vida había estado en el grip de Dios. 
Hoy, cuando la vida se le complica, cuando los “bunkers” parecen tan profundos e imposibles en su trabajo o con su familia, cuando no sabe si alcanzará el green en regulación, y cuando piensa que hay pocas respuestas de parte de un Dios que parece distante, descansa seguro de que hay un Dios al que le importa lo suficiente como para tenerlo en su grip.
Pensamiento en un swing
Agradézcale a Dios hasta por los obstáculos en su camino, esos bunkers que siempre están y siempre estarán, lo ayudarán a aprender a ser paciente y concientizarlo de que Dios es fiel.

SEGUNDAS OPORTUNIDADES

  • Recibes buenas segundas oportunidades que mereces.
  • Recibes buenas segundas oportunidades que no mereces.
  • Recibes malas segundas oportunidades que mereces.
  • Recibes malas segundas oportunidades que no mereces.
  • A veces juegas mejor o rindes más de lo deberías y tienes que enfrentarte al éxito.
  • A veces juegas peor o rindes menos de lo que deberías y tienes que enfrentarte al fracaso.
Tomado del libro 'Segundas Oportunidades'
de Wally Armstrong y KenBlanchard 

miércoles, 15 de febrero de 2012

LA VIDA Y EL GOLF por Billy Graham


J
uego al golf hace muchos años. Disfruto mucho del juego porque es muy parecido al juego de la vida, con todos sus obstáculos, luchas, victorias, conflictos y bendiciones.
Si no es modesto sobre sus habilidades, cuando empiece a jugar no tardará mucho en asumir un rol de humildad, esa es la naturaleza del deporte. Algunas personas me dijeron que el golf aparece hasta en la Biblia cuando el apóstol Pablo dice “he peleado la buena batalla, he terminado la carrera”. Pero creo que eso da para un debate teológico.
Entonces ¿cuáles son las comparaciones específicas entre el golf y la vida?
Stance
Primero, en el golf siempre está el tema del stance, si es abierto, recto, o con las rodillas tocándose. He visto amateurs con un stance indescriptible, pero es lo que determina todo. En la vida usted y yo también tomamos algún tipo de stance, uno para lo que creemos, otro para cómo vivimos nuestra vida y otro para el legado que queremos dejar.
Un buen maestro
He descubierto que en el golf siempre es importante encontrar un buen líder, un entrenador, para que nos ayude a entender los fundamentos correctos, y poder confiarle nuestro swing. Esto se asemeja a la vida real en el sentido que tenemos que confiar en nuestro maestro, el Señor Jesucristo, para que Él dirija nuestras vidas, y así sean abundantes, fructíferas y que valgan la pena.
Cómo golfista amateur, siempre estuve consciente de los muchos grips a mi disposición. Por muchos años jugando el putter, tuve un grip de manos cruzadas y después lo cambié. En la vida es lo mismo. Todos nos aferramos a algo, o a alguien. Entonces mi pregunta a usted es ¿tiene algún grip en su vida? Puede que tenga control en su backswing, pero ¿tiene control sobre su interior? Su respuesta es crítica para su éxito en el juego de la vida.
Algo que siempre fue un desafío para mí es no sacarle la vista  a la pelotita. Esa es una regla básica de todo deporte, ya sea beisbol, fútbol, tenis, hockey, o golf. El Nuevo Testamento habla de “mirar hacia Jesús, el autor y consumador de nuestra fe.” Él es a quién tenemos que darle toda nuestra atención. Tiene que ser nuestro enfoque. Una de las cosas más emocionantes en mi vida fue seguir a Jesús, ver lo que realmente está pasando, ver hacia dónde vamos y tener un sentido para tanta esperanza.
Pero nada importa mucho en el golf si no se siguen las reglas. Muchos amateurs piensan que las reglas no son justas. No les gusta la idea de las penalizaciones si no las cumplen. De la misma forma, Dios nos dejó unas reglas en los diez mandamientos y en el sermón del monte. A primera vista, parecen duras e injustas, pero están diseñadas para nuestro beneficio. Dios dice que si vivimos de acuerdo a ellas, encontraremos sentido, esperanza, tranquilidad y serenidad aunque el mundo se caiga a pedazos a nuestro alrededor.
Yo tuve el privilegio de hablar en el estudio bíblico del tour de la PGA varias veces, y fue emocionante ver a tantos jugadores parándose y compartiendo lo excitante de su relación con Jesucristo. Para que la relación de cualquiera de nosotros con nuestro Padre Celestial crezca, es de vital importancia que pasemos tiempo consistente con Dios, en el que leamos la Biblia y le compartamos nuestros pensamientos, deseos y sueños más profundos. No hay ningún suplente para un caminar diario y semanal con Dios.
Dios quiere ser su maestro, su entrenador. Si tan solo le da su corazón y sus manos, Él lo guiará y dirigirá su camino.
Tomado del libro 'En su Grip'
de  Jim Sheard y Wally Armstrong