uego al golf hace muchos años. Disfruto mucho del juego porque es muy parecido al juego de la vida, con todos sus obstáculos, luchas, victorias, conflictos y bendiciones.
Si no es modesto sobre sus habilidades, cuando empiece a jugar no tardará mucho en asumir un rol de humildad, esa es la naturaleza del deporte. Algunas personas me dijeron que el golf aparece hasta en la Biblia cuando el apóstol Pablo dice “he peleado la buena batalla, he terminado la carrera”. Pero creo que eso da para un debate teológico.
Entonces ¿cuáles son las comparaciones específicas entre el golf y la vida?
Stance
Primero, en el golf siempre está el tema del stance, si es abierto, recto, o con las rodillas tocándose. He visto amateurs con un stance indescriptible, pero es lo que determina todo. En la vida usted y yo también tomamos algún tipo de stance, uno para lo que creemos, otro para cómo vivimos nuestra vida y otro para el legado que queremos dejar.
Un buen maestro
He descubierto que en el golf siempre es importante encontrar un buen líder, un entrenador, para que nos ayude a entender los fundamentos correctos, y poder confiarle nuestro swing. Esto se asemeja a la vida real en el sentido que tenemos que confiar en nuestro maestro, el Señor Jesucristo, para que Él dirija nuestras vidas, y así sean abundantes, fructíferas y que valgan la pena.
Cómo golfista amateur, siempre estuve consciente de los muchos grips a mi disposición. Por muchos años jugando el putter, tuve un grip de manos cruzadas y después lo cambié. En la vida es lo mismo. Todos nos aferramos a algo, o a alguien. Entonces mi pregunta a usted es ¿tiene algún grip en su vida? Puede que tenga control en su backswing, pero ¿tiene control sobre su interior? Su respuesta es crítica para su éxito en el juego de la vida.
Algo que siempre fue un desafío para mí es no sacarle la vista a la pelotita. Esa es una regla básica de todo deporte, ya sea beisbol, fútbol, tenis, hockey, o golf. El Nuevo Testamento habla de “mirar hacia Jesús, el autor y consumador de nuestra fe.” Él es a quién tenemos que darle toda nuestra atención. Tiene que ser nuestro enfoque. Una de las cosas más emocionantes en mi vida fue seguir a Jesús, ver lo que realmente está pasando, ver hacia dónde vamos y tener un sentido para tanta esperanza.
Pero nada importa mucho en el golf si no se siguen las reglas. Muchos amateurs piensan que las reglas no son justas. No les gusta la idea de las penalizaciones si no las cumplen. De la misma forma, Dios nos dejó unas reglas en los diez mandamientos y en el sermón del monte. A primera vista, parecen duras e injustas, pero están diseñadas para nuestro beneficio. Dios dice que si vivimos de acuerdo a ellas, encontraremos sentido, esperanza, tranquilidad y serenidad aunque el mundo se caiga a pedazos a nuestro alrededor.
Yo tuve el privilegio de hablar en el estudio bíblico del tour de la PGA varias veces, y fue emocionante ver a tantos jugadores parándose y compartiendo lo excitante de su relación con Jesucristo. Para que la relación de cualquiera de nosotros con nuestro Padre Celestial crezca, es de vital importancia que pasemos tiempo consistente con Dios, en el que leamos la Biblia y le compartamos nuestros pensamientos, deseos y sueños más profundos. No hay ningún suplente para un caminar diario y semanal con Dios.
Dios quiere ser su maestro, su entrenador. Si tan solo le da su corazón y sus manos, Él lo guiará y dirigirá su camino.
Tomado del libro 'En su Grip'
de Jim Sheard y Wally Armstrong