“No importa cuánto practique un jugador, nunca servirá de mucho a menos que esté intentando conseguir algo definitivo” Ben Hogan
“El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano.” Salmos 37:23-24
El 30 de enero de 1996, Jim resaltó ese pasaje en su Biblia y escribió la fecha. Estaba en el segundo mes del año más difícil en sus cincuenta y cuatro años de vida. A pesar de los lujos y del éxito material, su vida estaba en ruinas. El no poder seguir ocupando sus posiciones ejecutivas por una depresión clínica, buscó las respuestas a los interrogantes más complicados de la vida.
- ¿Cuál es el significado de todo?
- ¿Por qué Dios no me dejó terminar la carrera que me dio?
- ¿Cómo voy a proveerle comida y seguro médico a mi familia y tener suficiente dinero para jubilarme?
- ¿Cómo voy a disfrutar del golf si ni siquiera tengo energía para caminar 18 hoyos?
- ¿Qué se supone que haga con estas emociones y sensaciones tan intensas que me viven invadiendo la mente y el cuerpo?
- ¿Cómo me relaciono con mi familia y amigos?
Un año exacto más tarde, y cuando las tormentas habían pasado, Jim volvió a este salmo. Fue entonces que se dio cuenta que era Dios el que lo había sostenido durante ese tiempo tan difícil. Se dio cuenta claramente que todo esa difícil etapa de su vida había estado en el grip de Dios.
Hoy, cuando la vida se le complica, cuando los “bunkers” parecen tan profundos e imposibles en su trabajo o con su familia, cuando no sabe si alcanzará el green en regulación, y cuando piensa que hay pocas respuestas de parte de un Dios que parece distante, descansa seguro de que hay un Dios al que le importa lo suficiente como para tenerlo en su grip.
Pensamiento en un swing
Agradézcale a Dios hasta por los obstáculos en su camino, esos bunkers que siempre están y siempre estarán, lo ayudarán a aprender a ser paciente y concientizarlo de que Dios es fiel.
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